Reflexión y nueva toma de decisiones por parte de Iturbide a favor de la independencia
El alto clero y los burócratas peninsulares, temerosos de las medidas radicales de los diputados por la autonomía, simpatizaron con la independencia. Conspiraron para que en Nueva España se jurara la constitución de 1812 e invitaron a Agustín de Iturbide a sumarse a sus planes. Iturbide había perseguido insurgentes porque estaba en desacuerdo con los métodos de éstos, pero como criollo deseaba la autonomía. Para llevar a cabo sus planes necesitaba mando, de manera que cuando el virrey Apodaca le ofreció encabezar las tropas que combatieran al insurgente Vicente Guerrero, le dio la oportunidad que necesitaba. Éste mantenía su lucha en las montañas del sur. Iturbide confió en que no sería difícil vencerlo, pero los insurgentes conocían bien el terreno y contaban con la simpatía de los pobladores de la región. Como Iturbide no quería retrasar sus planes recordó la formula de la unión con los insurgentes como solución. Por su parte, Vicente Guerrero, incansable luchador de las fuerzas insurgentes, empezaba a reflexionar sobre la situación y el futuro de la lucha. Pensó que la independencia solo se lograría mediante una alianza que uniera a todos los mexicanos, así que se empeñó en atraer a los jefes realistas que los acosaban. De este modo, por caminos diferentes, hacia principios de 1821, tanto el jefe de realistas como el insurgente habían llegado a conclusiones semejantes.
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