Proceso de independencia de México(1810-1821)

No sabemos cuándo fue la entrevista en la que Guerrero aceptó que Iturbide asumiera el supremo mando de las tropas unidas, que tomaron el nombre de Ejército Trigarante. Éste tendría como estandarte una bandera con los colores verde, blanco y rojo, que simbolizaban unidad, religión e independencia. que simbolizaban unidad, religión e independencia. Sabemos que Iturbide proclamó el Plan de Iguala el 24 de febrero de 1821. Dicho plan recogía los anhelos de representación de los criollos de 1808, los de igualdad e independencia de los insurgentes, las libertades de Mina y la promesa de unión para los españoles residentes en Nueva España. El apoyo al Plan se aceleró a partir de junio, y los militares que estaban en la capital dieron un golpe de Estado contra el virrey Apodaca el 4 de julio de 1821, e impusieron a Francisco Novella como sustituto. En la corte española los simpatizantes con las causas libertarias lograron que se nombrara como Jefe político de Nueva España a don Juan O´Donoju,

El alto clero y los burócratas peninsulares, temerosos de las medidas radicales de los diputados por la autonomía, simpatizaron con la independencia. Conspiraron para que en Nueva España se jurara la constitución de 1812 e invitaron a Agustín de Iturbide a sumarse a sus planes. Iturbide había perseguido insurgentes porque estaba en desacuerdo con los métodos de éstos, pero como criollo deseaba la autonomía. Para llevar a cabo sus planes necesitaba mando, de manera que cuando el virrey Apodaca le ofreció encabezar las tropas que combatieran al insurgente Vicente Guerrero, le dio la oportunidad que necesitaba. Éste mantenía su lucha en las montañas del sur. Iturbide confió en que no sería difícil vencerlo, pero los insurgentes conocían bien el terreno y contaban con la simpatía de los pobladores de la región. Como Iturbide no quería retrasar sus planes recordó la formula de la unión con los insurgentes como solución. Por su parte, Vicente Guerrero, incansable luchador de las fuerzas insu

Con el restablecimiento del régimen absolutista en España, los liberales de las cortes habían terminado en las cárceles o en el exilio. Entre los mexicanos, Miguel Ramos Arizpe fue a dar a prisión y Fray Servando Teresa de Mier, exiliado a Londres, ciudad que se había convertido en centro de conspiración para muchos hispanoamericanos, a la sombra de las libertades inglesas y del interés de la Gran Bretaña de sustituir a España en el dominio comercial de las Américas. En Londres Fray Servando Teresa de Mier conoció al capitán español Francisco Xavier Mina, liberal que había luchado contra la invasión francesa y exiliado por su lucha contra el absolutismo. Fray Servando, lo convenció de encabezar una expedición a Nueva España y, con ayuda inglesa, se embarcaron el 5 de mayo de 1816 con un grupo de oficiales españoles e italianos. Después de contratar mercenarios en Estados Unidos, los expedicionarios desembarcaron en Soto la Marina el 15 de abril de 1817. Con 300 hombres, Mina avanzó hac

  En medio de penalidades se promulgó en Apatzingan, el 22 de octubre de 1814, el Decreto Constitucional para la libertad de la América Mexicana. Morelos cayó prisionero el 5 de noviembre de 1815. Trasladado a la cárcel de la Inquisición de la Ciudad de México y sometido al doble juicio eclesiástico-inquisitorial. En San Cristóbal Ecatepec, el 22 de diciembre de 1815 fue fusilado “el hombre más extraordinario que había producido la revolución”, al decir del historiador Lucas Alamán. Con la muerte de Morelos, las divisiones en el bando insurgente se multiplicaron y Calleja pudo reducirlos a guerrillas dispersas. El frente realista recuperó muchas plazas, pero no logró la pacificación del territorio, en cuyos caminos asolaban los bandoleros. Privaba, por tanto, el malestar a pesar de que Calleja, desde 1815, había logrado reanimar la producción en los sectores económicos. 

Cuando Morelos conoció el proyecto de Constitución de López Rayón, rechazó mantener por estrategia, la adhesión a Fernando VII. Morelos convocó a un congreso, donde el pueblo elegiría a los diputados. La inauguración del Congreso de Anáhuac tuvo lugar el 14 de septiembre de 1813 en  Chilpancingo , ante el cual Morelos presentó un sentido discurso, “Sentimientos de la Nación” que resumía su ideario político. Pero Calleja empezó a asestar duros golpes al movimiento insurgente para el cual, después de la toma de Acapulco, se multiplicaron las derrotas. Morelos había perdido iniciativa, pues el Congreso se había arrogado toda la autoridad, lo que dificultaba los movimientos del ejército.

A pesar del gran talento de Morelos el realista, y perseguidor de Morelos, Félix María Calleja era un excelente general y en 1812 sitiaba a José María Morelos en Cuautla, donde resistió en forma heroica por dos meses y milagrosamente logró escapar. Por otro lado, en los proyectos nacionales, Morelos difería, con uno de los líderes intelectuales de la insurgencia, Ignacio López Rayón, pues él insistía en que la soberanía residía en el rey y no en el pueblo, en cambio Morelos abogaba por una completa independencia. 

  Mientras se propagaban las ideas de libertad, emergió  un nuevo líder, el cura José María Morelos y Pavón, quien iba a contar con el apoyo de una Sociedad secreta denominada los Guadalupes, que le proporcionarían ayuda en dinero, imprenta, información y consejos. Había sido arriero, lo que lo había familiarizado con los caminos y la gente del pueblo, conocimiento que le sería muy útil para su nuevo desempeño. A diferencia de Hidalgo, tenía intuición militar y logró reunir un ejército menos numeroso, pero más disciplinado y entrenado. Contó, además, con dos colaboradores inapreciables, el cura Mariano Matamoros y el hacendado Hermenegildo Galeana, amén de buenos oficiales, Guadalupe Victoria, Nicolás Bravo y Vicente Guerrero. Además de talento militar, Morelos contaba con un gran sentido común, que le permitió hacer una campaña impresionante en el sur de México y así apoderarse de Chilpancingo, Tixtla, Chilapa, Taxco, Izúcar y Cuautla

La derrota de la primera insurgencia no significó su fin, pues el desorden y las incidencias bélicas habían cundido por todo el territorio. En 1811 se descubrieron dos conspiraciones autonomistas que pretendían constituir una junta en la capital. Entre los simpatizantes de la insurrección estaba Ignacio López Rayón, quien desde agosto de 1811 instaló en Zitácuaro la Suprema Junta Gubernativa de América. Hizo uso de la imprenta para hacer propaganda a las ideas de libertad y además envió a un agente a Estados Unidos, con la esperanza de tener ayuda.

 El 11 de noviembre de 1810. Los insurgentes guiados por José Antonio Torres (antiguo ranchero), ocuparon Guadalajara. Hidalgo llegó el 26 del citado mes, produciendo su arribo una verdadera fiesta popular. Desde allí, impulsó la propagación del movimiento insurgente en algunas regiones. El 27 de noviembre le encomendó a José María González de Hermosillo organizar y dirigir la lucha emancipadora en las provincias de Sonora y Sinaloa. Sin embargo, el 17 de enero de 1811, se puso en práctica en el Puente de Calderón, un encarnizado combate donde las fuerzas patriotas fueron materialmente destrozadas. Después de andar a salto de mata, por espacio de dos meses, los principales insurgentes fueron traicionados y entregados a los realistas en Coahuila, el 21 de marzo de 1811 por Ignacio Elizondo, un rico hacendado criollo. Para mayo, las cabecillas de la insurgencia nacional fueron sometidas a juicio y sentenciadas a muerte en Chihuahua. El 30 de julio Hidalgo fue fusilado.

En menos de 45 días los insurgentes tomaron San Miguel el Grande, Celaya, Guanajuato y Valladolid. a finales de octubre se encontraban en las goteras de la ciudad de México con un ejército de 80 mil hombres. Bastante cansados, con pocos recursos y bajo diversas amenazas.  Hidalgo decidió abstenerse de atacar la capital y acordó retirarse a Aculco. Esta decisión causó desaliento y desmoralización en las filas insurgentes, provocando la deserción del 50% del ejército. A llegar a Aculco, los patriotas fueron atacados por Félix María Calleja. Lo que quedó del ejercito se dividió en dos bandos uno tomó rumbo a Guadalajara y el otro, dirigido por Allende partió hacia Guanajuato.

  El 16 de septiembre aproximadamente a las cuatro de la madrugada, el cura Hidalgo llamó a misa a sus feligreses, cuando la multitud se reunió, mediante un interesante discurso, los invitó a luchar por la libertad; a no pagar tributos, les aseguró que la lucha era justa y que dios los protegería. Terminó el discurso exclamando ¡Viva Fernando VII! ¡Viva la virgen de Guadalupe ¡Muera el mal gobierno! ¡Mueran los gachupines! La insurrección se propagó por el bajío, a su paso se unieron miles de insurrectos, campesinos, peones, jornaleros, artesanos, trabajadores de las minas y vagos, destacando en esta masa, Hidalgo, quien incorporó al movimiento demandas de carácter popular, refiriéndose a la abolición de la esclavitud; otra fue el tributo que sumía en la miseria a los indígenas y las castas.

Al saberse en 1808 en la Nueva España que los franceses nombraron a José Bonaparte como rey en España, los criollos iniciaron desde el ayuntamiento de la ciudad de México un movimiento con intensiones independentistas, mismo que fue considerado por los españoles, integrantes de la Audiencia como un ataque hacia ellos, siendo su líder Primo de Verdad prisionero y posteriormente asesinado. Sin embargo, el movimiento independentista no se detuvo, encontrando nuevas formas de expresión en las conspiraciones secretas dirigidas por liberales criollos. Los centros revolucionarios más importantes, fueron: Valladolid (hoy Morelia), San Miguel el Grande (hoy San Miguel Allende) y Querétaro. La conspiración de Querétaro, dirigida por Miguel Hidalgo y Allende: incorporó el plan militar y retomó los argumentos políticos defendidos por los criollos del ayuntamiento de la Ciudad de México de 1808. En 1809 se organizó en la ciudad de Querétaro otra junta conspiradora que operaba con el nombre de Acade

A fines del siglo XVII y principios del XIX, España atravesaba por una situación de crisis política, tanto en su organización interna como en el ámbito internacional. Desde los primeros momentos del reinado de el Rey Carlos IV se presentaron una serie de conflictos los cuales fueron protagonizados por personajes de las altas esferas del poder, llevando a una rivalidad que impidió mantener organización política estable. La revolución francesa provocó un nuevo peligro para España. En España los franceses depusieron al rey Carlos IV y nombraron a José Bonaparte, nuevo rey. Mientras Fernando VII, el heredero al trono español, fue confinado a la ciudad de Bayona.  La invasión francesa provocó la desarticulación entra la monarquía y sus colonias, pero sobre todo abrieron las puertas aun florecimiento del pensamiento liberal constitucionalista, pensamientos los cuales ayudaron a que los colonos y españoles se plantearan diversas ideas por medio de Juntas de Gobierno, de entre todas estas idea